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De pronto, filas de nazarenos, divididos en tramos toman la calle, no ves ni su principio ni su final. Es fascinante el mar de capirotes ...

De pronto, filas de nazarenos, divididos en tramos toman la calle, no ves ni su principio ni su final. Es fascinante el mar de capirotes en el que navega la cofradía. El paso, que a lo lejos empieza a verse con un ruido intenso pero lejano, mezclado por el bullicio de la gente. Se acerca y el silencio, de nuevo se va haciendo.

Foto:SMCE LUNES SANTO SEVILLA 2019 HDAD DE SAN GONZALO

Llegada la primavera, o mientras se aproxima, algunos comercios sevillanos (no solo del centro de la ciudad de Sevilla, aunque sí predomi...

Llegada la primavera, o mientras se aproxima, algunos comercios sevillanos (no solo del centro de la ciudad de Sevilla, aunque sí predominantemente de allí) empiezan a transmutarse en capillas, cambiando el aroma habitual de sus ambientadores de pistola por vaharadas de incienso espeso y apartando de sus cristaleras los maniquíes, las mercancías más propias y los fríos reclamos de la globalización para dejar hueco a los pasitos en miniatura, a los nazarenitos de caramelo, a los cuadros de la Virgen enmarcados con ricas volutas doradas y adornados con telas adamascadas que caen elegantemente por detrás de los caballetes.

Donde antes había una figura ataviada de otoño/invierno, ahora luce un farol y un nazareno revestido de raso; donde antes colgaban cinturones, ahora lo hacen cordones o medallas. Hay todo un ceremonial –esperado por la población– en el adorno cofradiero de los escaparates.

En ocasiones extremas, algunos llevan a lucir auténticas dolorosas prácticamente listas y coronadas para la procesión, y su contemplación desde la calle despierta la sorpresa de los transeúntes. Pero es más normal el pequeño detalle. Pero por encima de todo, donde se nota un establecimiento cofradiero es en que luce en lugar preferente de su puerta o de sus cristaleras el cartel de la Semana Santa del año en cuestión, amén del de su cofradía, su peña o la asociación que por vecindad o por simpatías más competa exhibir.

La calle Sierpes en particular es una de las más vistosas, junto con la Plaza del Duque. Si hubiera que nombrar un escaparate por antonomasia, el de la confitería La Campana, con sus pasitos, sus torrijas y pestiños, sus nazarenitos de azúcar y otros detalles propios de la fecha. Los hay que visitan escapatares como si recorrieran iglesias.

Fotos: Alfonso García

Cada Viernes Santo hemos ido viendo pasar nazarenos y nazarenos y, la verdad, apenas si nos hemos fijado en ellos. Se han acercado y han p...

Cada Viernes Santo hemos ido viendo pasar nazarenos y nazarenos y, la verdad, apenas si nos hemos fijado en ellos. Se han acercado y han pasado, dejando levemente impresionada en nuestra retina la huella luminosa del color de sus túnicas, túnicas moradas de Viernes Santo.

Pero ahora mismo, la procesión ha detenido su marcha y, ante  nosotros, acaba de pararse un nazareno. Ni él nos mira, ni nosotros detenemos particularmente nuestra mirada en el. Mas, de pronto, nuestra vista, que anda recorriendo la cinta en quietud de la cofradía detenida, se ha posado sobre el nazareno que está parado ante nuestros ojos, a pocos decímetros de nuestros cuerpos. ¿Quien será este nazareno? ¿Quien será este hombre?

Dios no pregunta. Él ya lo sabe. Nosotros, ciegos, a pesar de ver, seguiremos preguntándonos cuando un nazareno detenga su penitente caminar ante nuestros ojos. ¿Por qué, Señor, este hombre que nunca sabremos quien es, ha tomado en sus manos la cruz y se ha echado a recorrer la ciudad, oculto bajo su túnica nazarena?

SMCE


Dos pequeñas túnicas moradas de la Cofradía Ntro Padre Jesús Nazareno (Daimiel),  tiempo de soltar dobladillos y alargar mangas. Foto: S...

Dos pequeñas túnicas moradas de la Cofradía Ntro Padre Jesús Nazareno (Daimiel),  tiempo de soltar dobladillos y alargar mangas.
Foto: SMCE


Pocas cosas me merecen tanta veneración como una túnica de nazareno.

La que visto desde hace años, se guarda como un tesoro y antes preferiría perder un objeto valioso a que mi túnica se estropeara sin remedio. De pequeño, probársela era el mejor rito de la Cuaresma y una muestra palpable de que todo se acercaba. Mi madre soltaba dobladillos, alargaba mangas, ... así hasta que, apercibiéndome de no mancharla en un descuido, pendía de una lámpara. Ahora el rito se repite pero con los nietos.

Cuando la impaciencia me comía por dentro, entraba a hurtadillas en la pequeña habitación y la miraba en silencio, soñando con un sol que no siempre llegaría. 

Era el mejor cartel de Semana Santa que pudiera pintarse. Allí estaba, como una bandera, inalcanzable hasta el amanecer del Viernes Santo... Sé, pues, de sobra la ilusión y el ansia que la espera provoca en el niño. Es más, pasados los años, no he logrado atemperar mi ánimo al verla dispuesta. Quisiera, ahora que se acerca el carnaval en los colegios (e incluso ya se han visto ciertas cosas), hacer una llamada de atención para que, entre todos, —con palabras y hechos— sepamos transmitir respeto por aquello que nos iguala y nos une a los pies del Nazareno.

No dejemos que vestidura tan hermosa por su significado se destine a usos espurios e inconvenientes.

SMCE

 ....Todos tenemos ese retablillo de devociones y recuerdos relacionados con nuestra particular y personal semana santa. Cuando te vistes...

 ....Todos tenemos ese retablillo de devociones y recuerdos relacionados con nuestra particular y personal semana santa. Cuando te vistes de nazareno pasas a formar parte de la nómina de siglos. Todas las personas que han sido de la hermandad, las que te han precedido, están en ese momento contigo...

SMCE

La luz amarillenta, esas y, sin embargo, suficiente, de la cera, es la reina de la Semana Santa Sevillana; tanto que, sin ella, sin su luz...

La luz amarillenta, esas y, sin embargo, suficiente, de la cera, es la reina de la Semana Santa Sevillana; tanto que, sin ella, sin su luz, la Semana Santa no hubiera sido posible...
Toda Sevilla es un gigantesco candelabro en el que arde la cera derramando para Cristo, para María, para nuestros ojos, para nuestras calles y nuestro cielo el regalo de su luz oscilante.

Nazarenos de Sevilla. Foto Archivo Blog

Ya no hay que pegarle una patada al nazareno si este no da un caramelo, como establece la antigua cantinela infantil; ahora, se les tira d...

Ya no hay que pegarle una patada al nazareno si este no da un caramelo, como establece la antigua cantinela infantil; ahora, se les tira de la manga para que le entreguen a uno una estampita de su cofradía. Este de aquí no la lleva preparada o no quería darla, una de dos.
Nazareno de la Hiniesta, Foto SMCE

Probablemente, cada hermandad da un valor diferente a sus enseres según su antigüedad, su riqueza y su autoría. Pero para el paísano raso,...

Probablemente, cada hermandad da un valor diferente a sus enseres según su antigüedad, su riqueza y su autoría. Pero para el paísano raso, para el cofrade corriente, dos son los elementos que más le dicen de una procesión: los ciriales y la Cruz de Guía. Con esta se abre camino la solemnidad del sacrificio. En la foto la de la Hermandad del Amor abriendo el Cortejo de "La Borriquita", Domingo de Ramos en Sevilla. 
Foto SMCE




La obsesión por salir del anonimato y lograr protagonismo es un claro síntoma del complejo de inferioridad. Además es la causa que provoca...

La obsesión por salir del anonimato y lograr protagonismo es un claro síntoma del complejo de inferioridad. Además es la causa que provoca actitudes grotescas y pueriles, que provocan burla y rechazo, y agrava la impotencia del que la sufre.

En la Semana Santa de Sevilla de 2017 más de 76.000 nazaren@s realizan su estación de penitencia por las calles de Sevilla Cifras por d...

En la Semana Santa de Sevilla de 2017 más de 76.000 nazaren@s realizan su estación de penitencia por las calles de Sevilla
Cifras por días

"Hermanos no son sólo los que frecuentan la Hermandad", os dejo una reflexión de @ivalduerteles sobre la fidelidad. TARJETAS ...

"Hermanos no son sólo los que frecuentan la Hermandad", os dejo una reflexión de @ivalduerteles sobre la fidelidad.

TARJETAS DE FIDELIZACIÓN


Los especialistas en marketing han empezado a preocuparse. Hasta ahora la gran herramienta era la tarjeta de fidelización. Ya sabe: cada vez que se realiza una compra se acumulan puntos en una tarjeta personalizada que van convirtiendo al comprador en cliente preferente al que se le hacen ofertas y descuentos para premiar su fidelidad.

Parece sencillo, pero tiene sus inconvenientes. El cliente no permanece inalterable en el tiempo: cambian sus costumbres, sus necesidades, su situación familiar, el domicilio, la situación económica, etc. Todo eso hace que modifique sus hábitos de consumo. Eso puede suponer que disminuya la frecuencia de sus compras y, como consecuencia, de ser un cliente preferente pase a ser un consumidor ocasional con el que ya no se tiene ninguna atención.


La evidencia que queda es que ése interés por el cliente dependía sólo de los beneficios que reportaba. En el momento que esos beneficios disminuyen o se pierden la persona deja de interesar. La famosa tarjeta de fidelización se vuelve así en contra la empresa.

De alguna manera las Hermandades también emiten tarjetas de fidelización virtuales. Hay hermanos que frecuentan la Hermandad y van a casi todos los actos. Se les considera “gente de la Hermandad”, buenos hermanos a los que hay que atender. Esos mismos hermanos un día trasladan su domicilio, o tienen hijos pequeños, o dificultades de cualquier tipo, y dejan de ir por la Hermandad. De forma casi inconsciente dejan de ser hermanos preferentes. Parece que ya se cuenta menos con ellos. Ahora son otros los que se frecuentan la Hermandad y toman el relevo.

A veces ocurre que al cabo de un tiempo vuelven por la Hermandad ocasionalmente y ni conocen a nadie ni nadie les conoce, con lo que el distanciamiento aumenta.

Ésa sería una visión de los hermanos muy utilitarista. Hermanos no son sólo los que frecuentan la Hermandad. También los que, por las razones que sea, no van casi nunca y los que un día la frecuentaban y hoy ya no van. Es más, esos hermanos han de ser objeto de atención especial por parte de la Junta de Gobierno.
Hace unas semanas conocí a una persona muy mayor, viejo hermano de su Hermandad. Ya no estaba en condiciones de ir a visitar a su Virgen ni a su Cristo. Tampoco de acudir a los cultos. Se conformaba con seguir la Semana Santa por televisión. En un momento de la conversación sacó de la cartera, con gran devoción, una vieja estampa en blanco y negro de la Virgen de su Hermandad. Estaba estropeada por los años. Era la que su padre llevó siempre en la cartera. Cuando murió, hacía ya mucho tiempo, él la pasó a la suya. Hoy cada vez que abre la cartera la mira y se le ponen los ojos brillantes, apuntando la esperanza de verla pronto cara a cara.

¡Ésa sí es una tarjeta de fidelización! Ninguna Hermandad puede prescindir de ése tesoro de fidelidad que es el que realmente sostiene a la Hermandad.